sábado, 27 de febrero de 2010
Wallace Steven's Sunday Morning
Sunday Morning
I
Complacencies of the peignoir, and late
Coffee and oranges in a sunny chair,
And the green freedom of a cockatoo
Upon a rug mingle to dissipate
The holy hush of ancient sacrifice.
She dreams a little, and she feels the dark
Encroachment of that old catastrophe,
As a calm darkens among water-lights.
The pungent oranges and bright, green wings
Seem things in some procession of the dead,
Winding across wide water, without sound.
The day is like wide water, without sound,
Stilled for the passing of her dreaming feet
Over the seas, to silent Palestine,
Dominion of the blood and sepulchre.
II
Why should she give her bounty to the dead?
What is divinity if it can come
Only in silent shadows and in dreams?
Shall she not find in comforts of the sun,
In pungent fruit and bright, green wings, or else
In any balm or beauty of the earth,
Things to be cherished like the thought of heaven?
Divinity must live within herself:
Passions of rain, or moods in falling snow;
Grievings in loneliness, or unsubdued
Elations when the forest blooms; gusty
Emotions on wet roads on autumn nights;
All pleasures and all pains, remembering
The bough of summer and the winter branch.
These are the measures destined for her soul.
III
Jove in the clouds had his inhuman birth.
No mother suckled him, no sweet land gave
Large-mannered motions to his mythy mind.
He moved among us, as a muttering king,
Magnificent, would move among his hinds,
Until our blood, commingling, virginal,
With heaven, brought such requital to desire
The very hinds discerned it, in a star.
Shall our blood fail? Or shall it come to be
The blood of paradise? And shall the earth
Seem all of paradise that we shall know?
The sky will be much friendlier then than now,
A part of labor and a part of pain,
And next in glory to enduring love,
Not this dividing and indifferent blue.
IV
She says, “I am content when wakened birds,
Before they fly, test the reality
Of misty fields, by their sweet questionings;
But when the birds are gone, and their warm fields
Return no more, where, then, is paradise?”
There is not any haunt of prophesy,
Nor any old chimera of the grave,
Neither the golden underground, nor isle
Melodious, where spirits gat them home,
Nor visionary south, nor cloudy palm
Remote on heaven’s hill, that has endured
As April’s green endures; or will endure
Like her remembrance of awakened birds,
Or her desire for June and evening, tipped
By the consummation of the swallow’s wings.
V
She says, “But in contentment I still feel
The need of some imperishable bliss.”
Death is the mother of beauty; hence from her,
Alone, shall come fulfilment to our dreams
And our desires. Although she strews the leaves
Of sure obliteration on our paths,
The path sick sorrow took, the many paths
Where triumph rang its brassy phrase, or love
Whispered a little out of tenderness,
She makes the willow shiver in the sun
For maidens who were wont to sit and gaze
Upon the grass, relinquished to their feet.
She causes boys to pile new plums and pears
On disregarded plate. The maidens taste
And stray impassioned in the littering leaves.
VI
Is there no change of death in paradise?
Does ripe fruit never fall? Or do the boughs
Hang always heavy in that perfect sky,
Unchanging, yet so like our perishing earth,
With rivers like our own that seek for seas
They never find, the same receding shores
That never touch with inarticulate pang?
Why set the pear upon those river banks
Or spice the shores with odors of the plum?
Alas, that they should wear our colors there,
The silken weavings of our afternoons,
And pick the strings of our insipid lutes!
Death is the mother of beauty, mystical,
Within whose burning bosom we devise
Our earthly mothers waiting, sleeplessly.
VII
Supple and turbulent, a ring of men
Shall chant in orgy on a summer morn
Their boisterous devotion to the sun,
Not as a god, but as a god might be,
Naked among them, like a savage source.
Their chant shall be a chant of paradise,
Out of their blood, returning to the sky;
And in their chant shall enter, voice by voice,
The windy lake wherein their lord delights,
The trees, like serafin, and echoing hills,
That choir among themselves long afterward.
They shall know well the heavenly fellowship
Of men that perish and of summer morn.
And whence they came and whither they shall go
The dew upon their feet shall manifest.
VIII
She hears, upon that water without sound,
A voice that cries, “The tomb in Palestine
Is not the porch of spirits lingering.
It is the grave of Jesus, where he lay.”
We live in an old chaos of the sun,
Or old dependency of day and night,
Or island solitude, unsponsored, free,
Of that wide water, inescapable.
Deer walk upon our mountains, and the quail
Whistle about us their spontaneous cries;
Sweet berries ripen in the wilderness;
And, in the isolation of the sky,
At evening, casual flocks of pigeons make
Ambiguous undulations as they sink,
Downward to darkness, on extended wings.
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comments
10 Responses to "Wallace Steven's Sunday Morning"Emocionante oír a Wallace Stevens a quien nunca había oído (ni imaginaba oírlo). Magia de las nuevas tecnologías. Gracias.
Leonardo
De nada, Leonardo. La verdad es que hay muy poco material disponible, que yo sepa, de Stevens. Teniendo en cuenta que murió en 1955 resulta extraño aunque es verdad que cuando murió no era un poeta demasiado conocido. El poeta tenía un vida bastante alejada de lo literario y se dice que cuando ganó el National Award tuvo que explicar a sus compañeros de trabajo que escribía poesía. Es una pena que haya tan poco audio, y creo que ningún vídeo, porque no leía nada mal. Se nota el paso por la Escuela de Leyes de Harvard.
Sí, se siente el abogado. Hasta no hace mucho tiempo el derecho y la poesía formaban una extraña pareja, como si ser hombre de leyes y ser hombre de letras fueran juntos. Claro que también hubo varios poetas médicos, quizás porque las carreras universitarias eran escasas. Adolescente, yo tenía un vecino abogado y cuando supo que me gustaba la poesía me preguntó si iba a estudiar derecho!
También es interesante por esa forma de leer a la antigua (pienso aquí en nuestras charlas en Lost in Marienbad acerca de Ch Maillard), entre lectura y declamación. Por lo demás, escuchar la poesía inglesa tan rica en sonoridades internas es un lindo regalo.
Saludos
Qué buen material de Wallace Stevens has compartido... he recalado en tu espacio a través de Marienbad. Gracias por esta entrada e iré explorando otros contenidos de tu blog.
Un saludo,
Laura.
Leonardo, había un columnista de un periódico que recordaba que los políticos debían ser altos y abogados. Creo que añadía una tercera característica: que tuvieran pelo. La nómina de poetas abogados es, efectivamente, amplísima. Médicos no recuerdo tantos. William Carlos Williams, por ejemplo. O Keats, que era enfermero y estudiante de medicina.
Y sí, es un placer escuchar poesía en lengua inglesa. Tienen la suerte de trabajar con esa métrica acentual y poseen tantas palabras agudas...Y hacen tan difícil la traducción musical.
Muchas gracias Laura. Tenemos gustos musicales comunes aunque yo me voy extrañando con los años. A ver si consiguiera algún vídeo en algún lado de Mr. Stevens. Hay unos tíos en youtube que animan una foto del poeta moviéndole los labios e intercambiando fotos con ceja levantada, sonrisa/seriedad. Se llaman poetryanimation. A mí el resultado me parece grotesco pero dejo el enlace por si os pudiera gustar:
http://www.youtube.com/watch?v=IyrAt7Eiq5A
Se puede ver a una Emily o a Walt. Evidentemente no son sus voces. El resultado es especialmente terrible en el caso de Lorca. La voz me recuerda a la de Aznar recien llegado de Tejas:
http://www.youtube.com/user/poetryanimations#p/u/43/W1e9YpcWgp0
Os sigo de vuelta. Abrazos
Claro, pensaba en W.C. Williams, Whitman fue enfermero, entre otras cosas.
Seguro los conoces, pero en estos enlaces hay varias cosas por descubrir.
http://www.add-verse.info/
http://www.writing.upenn.edu/pennsound/x/authors.php
Amistades
Querido Leonardo:
¡Se nos olvidó San Juan de la Cruz, que al parecer estaba especializado en enfermedades venéreas! Seguro que irán saliendo más.
Muchas gracias por los enlaces. El primero me gusta mucho. Me ha hecho gracia ver a Vicent Ferrini, ya muerto, ahora que estoy con Charles Olson y que acabo de recibir un documental de su sobrino Henry Ferrini ("Polis is this") que intentaré llevar en versión recortada a la presentación. A ver cómo lo hago pero seguro que lo subtitulo. No quiero perderme ni la voz de John Malkovich de narrador ni la Creeley, Baraka, etc.
http://www.polisisthis.com/
Desgraciadamente mis hijos se han cargado el DVD y no he podido verlo todavía pero tiene una pinta maravillosa
La pena es que no identifiquen a todos los poetas en Add-Verse porque hay algunos que no sé quienes son. También me ha hecho ilusión ver al gran Creeley, también ya muerto, otro amigo íntimo de Olson y que tradujo Bartleby en edición de Marcos Canteli que te recomiendo.
El segundo enlace sí lo conocía y es buenísimo. Debería incluirlo en el roll de blogs de la página.
Gracias, amigo. Un abrazo
Gracias Julio; estâ buenîsimo el enlace sobre polisisthis.
Dante aparece matriculado en Florencia entre los médicos y farmaceutas.
Fracastorus dio su nombre a la Sîfilis a partir de su tratado en versos: Syphilis Sive Morbus Gallicus.
Schiller era cirujano militar.
Y bueno, aunque no son poetas, tenemos a Chéjov y a Céline!
De nuevo gracias, creo que tengo mucho qué aprender por aquî.
No sabía lo de Dante ni lo de Schiller. Pero a cambio: Gottfried Benn y Thomas Campion. A este paso hacemos una antología para el Ilustre Colegio de Médicos.
Todos estamos aprendiendo de todo, amigo Leonardo. Abrazos
muy interesante tu manera de poner las letas
saludos desde el otro lado de la tierra
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