Ha sido una pequeña noticia para la prensa y el público, tapada en el vacío del día a día. Una noticia que cambia la percepción del hombre sobre el hombre, que tiene implicaciones filosóficas, antropológicas y religiosas, sucumbe ante la entrada al porno de Lindsay Lohan, las elecciones británicas y los "errores" en los sistemas informáticos de Wall Street.
Hasta hace unos días pensábamos, como especie elegida, imagen y semejanza de un Dios único y humano para unos cuantos, que nuestra especie era pura. Un pequeño grupúsculo nacido en África que se había extendido paulatinamente por el mundo, posiblemente arrasando al resto de especies de humanos, homínidos para los excluyentes, e instaurando la temible dominación sapiens sobre la faz de la tierra.
Sabemos desde ayer que, aunque sigue siendo muy probable que arrasáramos al resto de especies de humanos en una serie de holocaustos que nunca saldrán en los libros de historia, algunos de nuestros ancestros no sólo no le hicieron ascos a esos rostros y narices enormes de los neardentales sino que decidieron compartir fluidos con ellos.
La ausencia de restos en el ADN mitocondrial que se había analizado hasta ahora y la presencia ahora en el ADN nuclear tiene una curiosa implicación, mientras no se demuestre lo contrario: el amor sólo dio descendencia cuando se realizó entre un hombre de Neardental y una mujer sapiens. Otros posibles cruces darían individuos estériles. O eso o a los hombres sapiens no les gustaban las neardentales, que también sería posible. Ídem con la mujeres neardentales, que quizás los preferían más fuertes y de ojos claros, como sus maridos de toda la vida.
En cualquier caso, el presente descubrimiento confirma lo que algunos paleontólogos llevan años diciendo en mitad del desierto: que hay muestras de individuos que presentan rasgos de ambas especies. Gracias al descubrimiento sabemos que todos, salvo la población subsahariana, tenemos un tatarabuelo Neardental en el hasta hace poco impoluto árbol genealógico.
La cuestión no es baladí porque llevamos años de descubrimientos que muestran el lado espiritual y artístico de aquella especie y hasta ahora, desde ese humanismo excluyente tan propio de nuestro sapiens, se hablaba de que eso era imposible. Quizá ahora que sabemos que son sangre de nuestra sangre seamos capaces de reconocer que otras especies humanas similares a nosotros en su "humanidad" han vivido. Me imagino que los teólogos comenzarán a establecer teorías variopintas para explicar a qué especie en concreto de humanos se refiere la biblia cuando nos señala como imagen y semejanza. No es difícil entender por qué los creacionistas odian tanto la teoría de la evolución: varias especies de humanos anula el carácter extraordinario de nuestra especie, que con casi total seguridad se dedicó a masacrar al resto de las existentes por razones que todos entenderán leyendo un libro de historia. Sólo que algunos decidieron amarse en vez de pegarse. Es un cambio tan importante como en su día lo fue descubrir que la tierra no era el centro del universo.
Olvidando los posibles casos de violación, me resulta un pequeño refugio que, entre tanta exterminación a otras especies, hubiera personas que decidieran mirar dos veces a ese compañero extraño y terminaran en horizontal. Se certifica que la historia la escriben los individuos y aquellos amigos que no le hacían asco a probar "cosas nuevas" acaban de escribir una nueva página de la historia muy importante para la humanidad, plural desde este momento.
Gracias por su pasión, imposibles amigos.
PD.- Como los periódicos saben de ciencia lo mismo que yo de ingeniería de telecomunicaciones, uno de los subtitulares ha sido que compartimos entre un 1% y un 4% del genoma neardental. Falso. Compartimos en torno al 99%. El intervalo 1%-4% se refiere a marcadores específicamente sapiens sapiens.
viernes, 7 de mayo de 2010
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4 Responses to "La poesía en el hombre Neardental"Es muy interasente lo que escribes, pero por ayudarte a desterrar otro tópico de los neardentales te aclaro lo siguiente: Ya se ha descubierto que, en esa época, los que teníamos rasgos negroides (recién llegados de África) éramos los sapiens. Los autóctonos neardentales tenían pelo cobrizo, eran europeos. Un saludo.
Sí sí, lo sabía, aunque en realidad lo más probable es que su color de pelo fuera variado (http://news.bbc.co.uk/2/hi/science/nature/7062415.stm), con una cierta tendencia al color claro. De hecho estuve buscando una foto de un Neardental de pelo claro en google y no encontré nada hasta ahora. Sólo encontré una con los ojos claros, pero tu comentario y una búsqueda más refinada me han servido para encontrar fotos más reales. Gracias y saludos.
¡Cuando uno piensa en la imagen que se tenía de Neandertal hace unas décadas! Y ahora descubrimos que algunas de nuestras mejores 'virtudes' nos vienen de él (que por bueno despareció...)
Saludos
Y lo que nos queda por descubrir, amigo Leonardo. Llevamos treinta años de avances biológicos que echan por tierra todo aquello que los científicos pensaban que era únicamente humano y definía nuestra especie: el uso de herramientas, el reconocimiento del yo y por tanto la conciencia, la violencia gratuita...Y no hablo de especie de homínidos extinguidas sino de primos hermanos con quienes compartimos el planeta: chimpancés, ballenas, delfines...
Tanta pérdida de singuralidad como especie no parece que haya servido de mucho de momento.
Saludos y abrazos
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