Mucha gente lleva tiempo luchando por los derechos y la dignidad de estas personas. Entre esa gente está el colectivo Hetaira, http://www.colectivohetaira.org/web/index.php, que realiza una excelente labor día a día para acabar con la gigantesca hipocresía que rodea a la prostitución, y evitar a la vez el proxenestismo y la trata de chicas. Venta de mujeres que ocurre hoy y ahora, en el siglo XXI, en España.
En poesía también ha habido gente muy comprometida con ayudar a estas mujeres, como es el caso de Francisco Cenamor. Y ahora ha unido fuerzas con Ferran Fernández, que desde la editorial Luces de Galibo ha realizado una magnífica edición de un libro en el que muchos poetas aportamos nuestro pequeño granito de arena. Los beneficios de la publicación de este libro irán a parar integramente al Colectivo Hetaira. Me parece un libro recomendable, no sólo porque con su venta ayudamos a gente que lo necesita sino porque desde el punto de vista poético es interesantísimo. La mayoría de libros colectivos se hacen de acuerdo a las diversas razas poéticas que pueblan nuestra pequeña aldea. En este caso, no. Es posible echar un vistazo, en un solo libro, a la enorme riqueza de nuestra poesía actual: riqueza de estilos, de formas, de pensamientos... Creo que es un libro que vale la pena como fotografía de la poesía a día de hoy.
Por una vez, y sin que sirva de precedente, pondré en el blog mi modesta contribución al libro, es decir, pondré un poema mío. En él se cruzan las voces del narrador y la voz interior de una prostituta. El poema se lo dedico a algunas personas que he conocido, grandes aficionados a la prostitución, y grandes críticos de la misma en las cenas en las que les acompañaban sus señoras esposas. A ellos, y a sus vidas hipócritas, en-seres más que seres, va dedicado el poema. ¿Qué sería de esa institución llamada matrimonio si todos esos maridos no aprovecharan los viajes y los descansos vespertinos? ¿O las reuniones? Es curioso que sea la prostitución la gran sostenedora de esa institución tan fervientemente respaldada por todo tipo de instituciones que la repudian. A la acera de enfrente se van cuando se cruzan con ellas. Por si les fueran a reconocer. Como si ellos, cada día, no vendieran su cerebro al mejor postor; ellos también, putas.
Enfrente
enfrente, pasar enfrente porque no, no es el opuesto sino lo enfrentado ya que tiene rostro aunque lo maquille de forma distinta y así se evitan las esquinas y los ángulos sin duda las calles más rectas las calles más rectas y anchas
sí, es diferente diverso enfrentar y distinto
porque la diferencia entre un trozo de cuerpo y de pensamiento y alma cada día lo dan y me pregunto si es porque creen que la vagina es más sucia que el cerebro
en tanto lo ilusorio es lo suficientemente real como para que el sufrimiento no sea entendido y menos a nadie pertenezco salvo al tiempo porque ellos me recuerdan pero yo no y
¿quién es la tierra o el cielo?
cualquier mujer ninguna mujer todas
El viejo poeta decía que hasta que el sol no me excluyera, él no lo haría. Que hasta que las aguas evitaran limpiarme o las hojas dejaran de crujir cuando camino, sus palabras evitarían tocarme o caminar sobre mí. Él sabía que guardamos el cementerio de las mariposas grises.
así que cuando cruzan la calle para no estar demasiado cerca para enfrentarme no puedo decir a su mujer que él estuvo conmigo anoche lo podría gritar pero los gritos son menos creíbles y la creencia no es una verdad quiso besarme y no le dejé nunca los besos sólo para
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